El filosofodetacna consume productos peruanos para nutrir el cerebro:
Aceite peruano "SACHA INCHI" ó Aceite del Inca"y las deliciosas nueces:
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| Aceite "Sacha Inchi" y nueces |
ITALIA:
En un examen post mortem de un paciente de covid-19 en Italia, los investigadores detectaron partículas virales en las células endoteliales que recubren los vasos sanguíneos del cerebro.
Experimentó convulsiones generalizadas mientras lo trasladaban al hospital. Una resonancia magnética de su cerebro reveló signos agudos de meningitis viral (inflamación del cerebro), y una punción lumbar detectó Sars-CoV-2 en su líquido cefalorraquídeo.
GRIPE ESPAÑOLA de 1918:
Uno de los más notorios fue el virus de la gripe responsable de la pandemia de 1918, que causó daños permanentes y profundos a las neuronas de dopamina del cerebro y del sistema nervioso central.
(Si bien se supone desde hace tiempo que la influenza no puede cruzar la barrera hematoencefálica, algunos científicos ahora piensan que sí puede).
Se estima que cinco millones de personas en todo el mundo sufrieron una forma de agotamiento extremo conocida como "enfermedad del sueño" o "encefalitis letárgica".
Entre los que sobrevivieron, muchos permanecieron en un estado de animación suspendida. "No transmitían ni sentían la sensación de vida; eran tan insustanciales como los fantasmas y tan pasivos como los zombis ", escribió Oliver Sacks en sus memorias de 1973, "Awakenings" (Despertares).
Sacks describió a los pacientes que permanecieron en este estupor durante décadas hasta que el medicamento L-DOPA los revivió, reponiendo los niveles del neurotransmisor dopamina.
FRANCIA:
JAPÓN:
En Japón, los investigadores informaron el caso de un hombre de 24 años que fue encontrado inconsciente en el suelo en un charco de su propio vómito.Experimentó convulsiones generalizadas mientras lo trasladaban al hospital. Una resonancia magnética de su cerebro reveló signos agudos de meningitis viral (inflamación del cerebro), y una punción lumbar detectó Sars-CoV-2 en su líquido cefalorraquídeo.
CHINA:
Los investigadores chinos también encontraron rastros del virus en el líquido cefalorraquídeo de un paciente masculino de 56 años que padecía encefalitis severa.
Uno de los más notorios fue el virus de la gripe responsable de la pandemia de 1918, que causó daños permanentes y profundos a las neuronas de dopamina del cerebro y del sistema nervioso central.
(Si bien se supone desde hace tiempo que la influenza no puede cruzar la barrera hematoencefálica, algunos científicos ahora piensan que sí puede).
Se estima que cinco millones de personas en todo el mundo sufrieron una forma de agotamiento extremo conocida como "enfermedad del sueño" o "encefalitis letárgica".
Entre los que sobrevivieron, muchos permanecieron en un estado de animación suspendida. "No transmitían ni sentían la sensación de vida; eran tan insustanciales como los fantasmas y tan pasivos como los zombis ", escribió Oliver Sacks en sus memorias de 1973, "Awakenings" (Despertares).
Sacks describió a los pacientes que permanecieron en este estupor durante décadas hasta que el medicamento L-DOPA los revivió, reponiendo los niveles del neurotransmisor dopamina.
En Francia médicos de Estrasburgo consideran que el coronavirus puede afectar el sistema neurológico. Pruebas realizadas entre 60 pacientes de la pandemia mostraron que dos tercios de ellos registraron alteraciones. Las conclusiones del estudio han sido publicadas en el New England Journal of Medicine, la revista de referencia mundial en la materia.
Julie Helms, profesora de universidades del servicio de reanimación interior del Hospital de Estrasburgo, dijo a Radio France Internacionale que si bien no hay pruebas evidentes que el virus afecte el cerebro, existen una serie de elementos que muestran secuelas neurocognitivas entre las personas que vuelven de un estado de coma inducido para combatir la enfermedad.
Las lesiones que observamos no son por la falta de oxígeno, pues cuando esto sucede se provocan lesiones específicas que pueden verse por medio de un scaner del cerebro, apunta la especialista. Todo parece indicar que el coronavirus afecta todo el organismo y provoca una inflamación del cerebro extremadamente importante.
Julie Helms, profesora de universidades del servicio de reanimación interior del Hospital de Estrasburgo, dijo a Radio France Internacionale que si bien no hay pruebas evidentes que el virus afecte el cerebro, existen una serie de elementos que muestran secuelas neurocognitivas entre las personas que vuelven de un estado de coma inducido para combatir la enfermedad.
Las lesiones que observamos no son por la falta de oxígeno, pues cuando esto sucede se provocan lesiones específicas que pueden verse por medio de un scaner del cerebro, apunta la especialista. Todo parece indicar que el coronavirus afecta todo el organismo y provoca una inflamación del cerebro extremadamente importante.
En Francia, Helms sabe mejor que casi nadie lo intensos que pueden ser los impactos neurológicos. Tuvimos que retrasar su entrevista con la BBC después de que una de sus pacientes con covid-19, que fue dada de alta del hospital hace dos meses pero todavía sufría de fatiga viral y depresión severa, requirió una consulta urgente por riesgo de suicidio.
Y esa paciente no es única: ha visto a muchas personas en estados de angustia similares.
"Está confundida, no puede caminar y solo quiere morir, es realmente horrible", dice Helms. "Solo tiene 60 años, pero me dijo 'el covid me ha matado', es decir, que le ha matado el cerebro. Ella simplemente no quiere nada más de la vida".
"Esto ha sido especialmente difícil porque no sabemos cómo prevenir este daño en primer lugar. Simplemente no tenemos ningún tratamiento que prevenga cualquier daño cerebral".
Los pacientes que experimentan insuficiencia pulmonar pueden usar un respirador y los riñones pueden rescatarse con una máquina de diálisis y, con algo de suerte, ambos órganos se recuperarán. Pero no hay una máquina de diálisis para el cerebro.
Y esa paciente no es única: ha visto a muchas personas en estados de angustia similares.
"Está confundida, no puede caminar y solo quiere morir, es realmente horrible", dice Helms. "Solo tiene 60 años, pero me dijo 'el covid me ha matado', es decir, que le ha matado el cerebro. Ella simplemente no quiere nada más de la vida".
"Esto ha sido especialmente difícil porque no sabemos cómo prevenir este daño en primer lugar. Simplemente no tenemos ningún tratamiento que prevenga cualquier daño cerebral".
Los pacientes que experimentan insuficiencia pulmonar pueden usar un respirador y los riñones pueden rescatarse con una máquina de diálisis y, con algo de suerte, ambos órganos se recuperarán. Pero no hay una máquina de diálisis para el cerebro.
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