Presento dos pequeños ensayos sobre escritos de José María Arguedas:
ENSAYO SOBRE LA
ANTROPOLOGÍA DE JOSÉ MARÍA ARGUEDAS Y EL MATRIMONIO EN LA CULTURA DE LOS JEROS
DEL VALLE DEL CUZCO.
Conocemos a José María Arguedas como un brillante en
literatura. Ahora conoceremos al Antropólogo José María Arguedas.
Sus estudios universitarios los inició en 1931, a los 20
años, en la universidad de San Marcos. Llevó cursos de las especialidades de
literatura y antropología. Culminando la especialidad de literatura en 1937 y
la de antropología en 1950, a los 39 años de edad.
Arguedas, siendo profesor de la universidad San Marcos, dice:
“La antropología estudia la diversidad de grupos humanos, sus costumbres y sus
factores; nos da una explicación aproximada y
posible de las causas de los diferentes modos de ser de los pueblos”.
En su clase inicial, explicó a sus alumnos la gran
importancia de la antropología. Explicando la fidelidad matrimonial de la
cultura de los "jeros".
El matrimonio, ahí, está mantenido no por normas civiles,
sino por principios religiosos. Si el hombre comete un pecado o falta es
castigado por la religión y luego expulsado del grupo. Si es la mujer, es
convertida en momia.
En los jeros, hay la costumbre de llevar una vida sexual
prematrimonial. La virginidad femenina para el hombre no tiene ninguna
importancia; pero si de estas relaciones la mujer tiene hijos, estos son
considerados malditos y por eso merecen la muerte.
El filicidio cometido por una madre soltera, no es castigado;
pero el filicidio hecho por una madre casada, es considerado como un crimen
monstruoso. En el primer caso hasta se considera ese filicidio como un acto
heroico por parte de la madre. En este delito, si no se examinan las costumbres
de los pueblos, serían tergiversados en su modo de ser. Esto nos dice que las
costumbres y normas sociales modifican los instintos, aquí el instinto maternal
es superado por una norma de tipo social.
Fuente: Apuntes del curso dictado por J. M. Arguedas, Lima,
Universidad de San Marcos, facultad de letras, 1961.
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ENSAYO SOBRE LA
CAPACIDAD DE CREACIÓN ARTÍSTICA DEL PUEBLO INDIO Y MESTIZO SEGÚN JOSÉ MARÍA
ARGUEDAS.
En el patio grande de la hacienda
Viseca, cantaban, por las noches, las mujeres, los muchachos y los peones de la
hacienda. Los dueños de Viseca los dejaban cantar. Durante las noches
despejadas, cuando había luna grande, la gente de la hacienda se reunía en el
centro del witron, hombres, mujeres y muchachos se sentaban sobre la bosta seca;
y cantaban waynos de toda clase. A veces, los dueños de la hacienda oían
sentados en el corredor; de vez en cuando también cantaban; el patrón tocaba su
guitarra y su mujer cantaba waynos y tristes. Los peones no bailaban nunca esas
noches. No eran para baile esos cantos.
Viseca es una quebrada angosta y
honda. El caserío de la hacienda está junto al río; en las noches, el río
sonaba fuerte.
Junto al caserío hay una cascada,
entre las piedras el agua se vuelve blanca y suena fuerte.
En las fiestas, los comuneros del pueblo cantaban otros
waynos alegres, bailaban en la casa del mayordomo, en las esquinas de la plaza;
los muchachos seguían a los wifaleros.
En la cosecha de maíz y en el escarbe de la acequia grande del pueblo, los
comuneros también cantaban y bailaban: junto a las reas de maíz, los
recogedores hacían fogatas todas las noches, y cantaban en coro, los muchachos
grandecitos entraban al coro, los más chicos dormían sobre la chala; a veces
los hombres y mujeres se agarraban de las manos y, como en juego, bailaban la
ronda. Los muchachos esperaban todo el año que llegara la cosecha de maíz.
Durante el escarbe de la acequia grande, las mujeres hacían la comida para los
faeneros; al mediodía, las mujeres subían el cerro llevando el almuerzo y
chicha para los comuneros; al anochecer, toda la gente bajaba al pueblo, cantando
en wifala. Pasaban las calles
formando cadena; los músicos iban por delante; llegaban a la plaza, daban
varias vueltas alrededor del eucalipto grande, cantando, dando gritos,
zapateando fuerte. Los muchachos seguían
a los wifaleros; a veces también se
agarraban de la cintura y hacían otra wifala,
tras los comuneros. En esos días, parce que nadie se acordaba de lo que habían
sufrido. Los mak’tas se conseguían
mujeres en esos días, ya fuera para un rato o para siempre.
I
Se puede iniciar el proyecto de traducir las canciones
keshwas, que se oyen y cantan en los pueblos de la sierra.
En las lecturas no se encontrará ninguna poesía que expresara
mejor los sentimientos que la poesía de las canciones keshwas. Los que hablan
este idioma, saben que el keshwa supera al castellano en la expresión de
algunos sentimientos que son los más característicos del corazón indígena: la
ternura, el cariño, el amor a la naturaleza.
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Witron= Patio grande.
Wifaleros= Los que bailan la wifala.
Wifala= Baile popular. Gran número de
hombre y mujeres forman cadenas en las calles y plazas, cantan y bailan.
Mak´ta= Mozo.
Fuente: Canto Keshwa,
Lima, Ed. Enrique Ballivián, 1938.
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