HERRAMIENTAS LÍTICA DE "TOCUCO" - TACNA |
Carlos Vela Velarde
26 de Setiembre a las 22:17 horas
TACNA HACE 2,000 AÑOS
Hace 2,000 años los valles del sur del Perú, se encontraban poblados por reducidos grupos de agricultores que ya habían experimentado la fabricación de la cerámica y vivían en aldeas adyacentes a los campos de cultivo. Este periodo, de transición a desarrollos culturales superiores, recibe el nombre de Formativo; significó grandes transformaciones, ya que después de su antecedente, el Arcaico, se introducen varias innovaciones como la agricultura, la sedentarización y otras actividades artesanales que dieron un cambio radical en la vida de las sociedades. Este período tiene una tendencia a la autarquía económica y a sociedades autónomas por sus relaciones económicas, además de una movilidad limitada. El periodo Formativo fue la consolidación de las transformaciones tecnológicas y de cambios culturales, en la economía, urbanismo, y organización social.
El valle del Caplina, hace 2,000 años, tenía pequeños grupos de agricultores en condiciones muy precarias de cultura en “Alto Tocuco”, en la parte alta del valle, cerca de los baños de Calientes, así como en “El Atajo”; estos fueron los antecesores de Tiwanaku, mientras en el Caplina estas poblaciones fueron limitadas y condicionadas por los problemas del recurso hídrico que siempre tuvo Tacna. Estas poblaciones vivieron con una agricultura precaria que frenó su desarrollo económico y humano. En la zona del altiplano se desarrollaban sociedades jerarquizadas y con un fuerte contenido ideológico (Pukara, Kaluyo), pero con reducidas áreas de influencia, ya que en el Formativo hubo relaciones micro regionales.
En el Caplina las sociedades del Formativo (Tocuco, Atajo), es decir grupos pretiwanaku, permanecieron alrededor de ocho siglos desde el inicio de la era cristiana, hasta la expansión Tiwanaku, proceso que influyó toda la región. Estas poblaciones del Formativo establecieron asentamientos típicos de esta época como aldeas con unidades domésticas con una planta circular independientes entre ellas, con un sugestivo trabajo en la piedra que concuerda con la tradición arquitectónica de la época. Esta se ubica en el sector de Tocuco, adyacente al sector de Calientes, distrito de Pachia, es decir en la parte alta del valle del Caplina, a más o menos 30 km de la ciudad de Tacna.
El desarrollo aldeano generó la diversificación del trabajo como la textilería, promoviendo la agricultura y la ganadería para obtener materia prima del algodón y las fibras de camélidos; la división del trabajo estableció quizá jerarquías dependiendo del tipo de sociedad o de la estructura social, las que fueron cambiando en relación a sus procesos sociales, económicos e ideológicos.
Los materiales arqueológicos son una cerámica de formas globulares, acabado y tratamiento descuidado. Todavía no se conoce los pioneros del poblamiento del Caplina. No descartamos que los hombres del Arcaico incursionaran en el valle con recolección y con la experimentación agraria.
Después de la revolución agraria y la aparición de la cerámica, que corresponde al final del período Arcaico, aparecen las primeras aldeas y empiezan a definirse las primeras culturas. La cerámica, junto con el desarrollo de la tecnología metálica, fueron indicadores importantes de la creación de sociedades cada vez más complejas y de poblaciones más densas. Al parecer, las poblaciones de economía marítima consolidan su actividad y se lanzan en busca de nuevos espacios productivos y de recursos ecológicos atractivos como desembocaduras de los ríos, quebradas con aguas temporales que desembocaban al mar Pacífico, próximos a ríos en los sectores bajos y medios de los valles; en las zonas altas se consolida la agricultura y ganadería, parece que los cultos religiosos estuvieron vinculados a esta actividad económica.
Este fenómeno permitió el despegue de la actividad agrícola, ganadera, así como el comercio y la actividad artesanal en lo que corresponde, fundamentalmente, al conocimiento de la cerámica y el tejido en algodón y lana. Existieron contactos con poblaciones ubicadas en la cuenca del Titicaca (Qaluyo, Chiripa, Huankarani y Pucara), quienes tuvieron cierto prestigio económico y tecnológico, desarrollo urbano, agrícola y pastoril, así como complejos sistemas ideológicos y cultistas.
El año 1990 el proyecto de Catastro Arqueológico de Tacna del INC ubicó un sitio con una cerámica atípica hasta entonces, la cerámica pretiwanaku de El Atajo por su manufactura, atributos formales y tener relación cronológica con las cerámicas de los llamados períodos formativos de los valles occidentales del área centro sur andina. La cerámica del "alto Tocuco" es de forma globular, con componentes minerales y vegetales, y con un tratamiento muy descuidado. El arqueólogo Jesús Gordillo, en varias publicaciones, estableció la cronología y filiación cultural (Gordillo, 1996).
A inicios de la Era Cristiana, el valle del Caplina ya se encontraba poblado con la Aldea de “Tocuco", "El Atajo" y "Miculla", en la zona de Miculla, y hacia el este existe una aldea, con expresiones del llamado período Formativo. Este período lo tipificamos como el de las grandes transformaciones, ya que se consolidó una economía más compleja, desarrollando la alfarería, la textilería y la metalurgia; se instalan aldeas, generando un crecimiento poblacional, además de innovaciones tecnológicas y productivas en división social del trabajo. Si bien, en el Formativo de los valles costeños se aprecia una tendencia a la autarquía económica, se estarían dando los primeros indicios para las relaciones que permitirían la integración entre poblaciones alejadas, pues en el Formativo se establecieron influencias micro regionales.
Las poblaciones del llamado Formativo, que se desarrollaron pasado los 500 años de nuestra Era, recibieron la influencia de Tiwanaku, En Tacna, encontramos evidencias de dicho período en el sitio arqueológico denominado El Atajo (parte baja del Valle del Caplina), que tentativamente se ubica hacia los 800 o 600 años a.C. Se trata de un asentamiento con características propias de un sistema aldeano incipiente, cultivadores de zapallo, ají y cucurbitáceas; tenían conocimiento de cerámica, tejido en lana y manejo del cobre para la elaboración de artefactos domésticos. Podríamos considerar a este proceso cultural como una fase media del Formativo en los valles occidentales del área centro-sur andino.
Se agregan los estudios realizados por el proyecto francés PERUSUR que, en la costa de Tacna, estudió además de las evidencias arcaicas de la Quebrada de Burros, materiales de cerámica temprana vinculadas al llamado periodo Formativo. Los estudios de Aldo Bolaños (Bolaños, 2008) tratan el funcionalismo de la cerámica de los sitios El Cañón y Balconcillo, en la zona del morro de Sama y Alfarillo en Ite, estableciendo tecnologías y el contexto social de estas poblaciones.
El valle del Caplina, hace 2,000 años, tenía pequeños grupos de agricultores en condiciones muy precarias de cultura en “Alto Tocuco”, en la parte alta del valle, cerca de los baños de Calientes, así como en “El Atajo”; estos fueron los antecesores de Tiwanaku, mientras en el Caplina estas poblaciones fueron limitadas y condicionadas por los problemas del recurso hídrico que siempre tuvo Tacna. Estas poblaciones vivieron con una agricultura precaria que frenó su desarrollo económico y humano. En la zona del altiplano se desarrollaban sociedades jerarquizadas y con un fuerte contenido ideológico (Pukara, Kaluyo), pero con reducidas áreas de influencia, ya que en el Formativo hubo relaciones micro regionales.
En el Caplina las sociedades del Formativo (Tocuco, Atajo), es decir grupos pretiwanaku, permanecieron alrededor de ocho siglos desde el inicio de la era cristiana, hasta la expansión Tiwanaku, proceso que influyó toda la región. Estas poblaciones del Formativo establecieron asentamientos típicos de esta época como aldeas con unidades domésticas con una planta circular independientes entre ellas, con un sugestivo trabajo en la piedra que concuerda con la tradición arquitectónica de la época. Esta se ubica en el sector de Tocuco, adyacente al sector de Calientes, distrito de Pachia, es decir en la parte alta del valle del Caplina, a más o menos 30 km de la ciudad de Tacna.
El desarrollo aldeano generó la diversificación del trabajo como la textilería, promoviendo la agricultura y la ganadería para obtener materia prima del algodón y las fibras de camélidos; la división del trabajo estableció quizá jerarquías dependiendo del tipo de sociedad o de la estructura social, las que fueron cambiando en relación a sus procesos sociales, económicos e ideológicos.
Los materiales arqueológicos son una cerámica de formas globulares, acabado y tratamiento descuidado. Todavía no se conoce los pioneros del poblamiento del Caplina. No descartamos que los hombres del Arcaico incursionaran en el valle con recolección y con la experimentación agraria.
Después de la revolución agraria y la aparición de la cerámica, que corresponde al final del período Arcaico, aparecen las primeras aldeas y empiezan a definirse las primeras culturas. La cerámica, junto con el desarrollo de la tecnología metálica, fueron indicadores importantes de la creación de sociedades cada vez más complejas y de poblaciones más densas. Al parecer, las poblaciones de economía marítima consolidan su actividad y se lanzan en busca de nuevos espacios productivos y de recursos ecológicos atractivos como desembocaduras de los ríos, quebradas con aguas temporales que desembocaban al mar Pacífico, próximos a ríos en los sectores bajos y medios de los valles; en las zonas altas se consolida la agricultura y ganadería, parece que los cultos religiosos estuvieron vinculados a esta actividad económica.
Este fenómeno permitió el despegue de la actividad agrícola, ganadera, así como el comercio y la actividad artesanal en lo que corresponde, fundamentalmente, al conocimiento de la cerámica y el tejido en algodón y lana. Existieron contactos con poblaciones ubicadas en la cuenca del Titicaca (Qaluyo, Chiripa, Huankarani y Pucara), quienes tuvieron cierto prestigio económico y tecnológico, desarrollo urbano, agrícola y pastoril, así como complejos sistemas ideológicos y cultistas.
El año 1990 el proyecto de Catastro Arqueológico de Tacna del INC ubicó un sitio con una cerámica atípica hasta entonces, la cerámica pretiwanaku de El Atajo por su manufactura, atributos formales y tener relación cronológica con las cerámicas de los llamados períodos formativos de los valles occidentales del área centro sur andina. La cerámica del "alto Tocuco" es de forma globular, con componentes minerales y vegetales, y con un tratamiento muy descuidado. El arqueólogo Jesús Gordillo, en varias publicaciones, estableció la cronología y filiación cultural (Gordillo, 1996).
A inicios de la Era Cristiana, el valle del Caplina ya se encontraba poblado con la Aldea de “Tocuco", "El Atajo" y "Miculla", en la zona de Miculla, y hacia el este existe una aldea, con expresiones del llamado período Formativo. Este período lo tipificamos como el de las grandes transformaciones, ya que se consolidó una economía más compleja, desarrollando la alfarería, la textilería y la metalurgia; se instalan aldeas, generando un crecimiento poblacional, además de innovaciones tecnológicas y productivas en división social del trabajo. Si bien, en el Formativo de los valles costeños se aprecia una tendencia a la autarquía económica, se estarían dando los primeros indicios para las relaciones que permitirían la integración entre poblaciones alejadas, pues en el Formativo se establecieron influencias micro regionales.
Las poblaciones del llamado Formativo, que se desarrollaron pasado los 500 años de nuestra Era, recibieron la influencia de Tiwanaku, En Tacna, encontramos evidencias de dicho período en el sitio arqueológico denominado El Atajo (parte baja del Valle del Caplina), que tentativamente se ubica hacia los 800 o 600 años a.C. Se trata de un asentamiento con características propias de un sistema aldeano incipiente, cultivadores de zapallo, ají y cucurbitáceas; tenían conocimiento de cerámica, tejido en lana y manejo del cobre para la elaboración de artefactos domésticos. Podríamos considerar a este proceso cultural como una fase media del Formativo en los valles occidentales del área centro-sur andino.
Se agregan los estudios realizados por el proyecto francés PERUSUR que, en la costa de Tacna, estudió además de las evidencias arcaicas de la Quebrada de Burros, materiales de cerámica temprana vinculadas al llamado periodo Formativo. Los estudios de Aldo Bolaños (Bolaños, 2008) tratan el funcionalismo de la cerámica de los sitios El Cañón y Balconcillo, en la zona del morro de Sama y Alfarillo en Ite, estableciendo tecnologías y el contexto social de estas poblaciones.
Cerámica de El Atajo |
Herramientas líticas de Tocuco |
Ladera anexa a Tocuco: Existen canales, campos barridos y núcleos de talleres líticos. Algo diferente al sector Miculla |
Leer libro clic: file:///E:/images%20mayo2020/tacna/vela-arqueologia-tacna-2021.pdf |
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En MOQUEGUA se ubica el Museo Contisuyo, el cual está prohibido de ser fotografiado o filmado, está protegido con cámaras de vigilancia de estricto control. Cuando visité este museo, no pude obtener gráficas o fotos de sus vitrinas.
Ahora presento como primicia estas imágenes, que representan la CULTURA CHIRIBAYA:
Mi perro "Razguñón" que me acompaña cada día. Es el Perro peruano Raza Chiribaya. |
Vaso KERO ceremonial de madera de la Cultura Chiribaya. |
Vasija de arcilla cocida cocida, polícroma. |
Vitrina 1 de la Cultura Chiribaya. |
Vitrina 2 de la Cultura Chiribaya. |
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